Silvestre Byrón on Fri, 25 Jul 2003 17:24:41 +0200 (CEST) |
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[nettime-lat] EAF - El Cine Satelital |
Tercera Temporada EAF EAF/Portfolio EL CINE SATELITAL Entre el Sputnik I (1957) y la Apolo IX (1968) se sentaron las bases de la telecomunicación satelital. Imagen y sonido desde el espacio exterior. La televisión satelital y la transmisión de películas; el cine vía satélite. Tanto la idea de la televisión y el satélite, por sus principios de multiplicidad y de simultaneidad, tuvieron sus interpretaciones. Desde teóricos como Rudolf Arnheim hasta cineastas como Marcel L’Herbier y Norman Taurog.- A&E MUNDO SEGÚN ARNHEIM Más valorado por su teoría del cine (Film als Kunst, 1932), Rudolf Arnheim es menos reconocido por sus trabajos sobre la radio y la televisión. El oído, sostiene, es un instrumento de razonamiento calificado para admitir material previamente procesado; la vista, en cambio, es una experiencia directa, relevamiento de materia prima sensorial. “A través de la televisión, la radio se convierte en medio documental” escribe en «Pronóstico de la televisión» (1935). Esto último, al “hacernos testigos inmediatamente de lo que ocurre en ese ancho mundo que hay en torno nuestro”. Entonces Arnheim ofrece una enumeración dispar al estilo de la narrativa borgeana: Vemos los ciudadanos de una población vecina reunidos en la plaza del mercado, al primer ministro de un país extranjero que pronuncia un discurso, a dos boxeadores que combaten por el campeonato del mundo en un “ring” situado al otro lado del océano, a las bandas británicas de baile ejecutando, a una cantante italiana de “coloratura”, a un profesor alemán, los restos humeantes de un tren descarrilado, las multitudes disfrazadas en las calles durante el carnaval, las montañas coronadas de nieve en los Alpes tales como aparecen a través de las nubes desde un aeroplano, peces tropicales a través de las ventanas de un submarino, las máquinas de una fábrica de autos, el barco de un explorador abriéndose paso entre los hielos polares. Vemos el sol que brilla sobre el Vesubio y, un segundo después, las luces de neón que iluminan a Broadway al mismo tiempo. La televisión convierte en innecesario el desvío que suponen la descripción oral y la barrera de los idiomas extranjeros. Relacionada con el automóvil y el avión, es un medio de transporte cultural. Algo que no ofrece, como el cine y la radio, ninguna traducción artística de la realidad. No obstante, el medio permite conocer al mundo y provee una sensación que determina su sensación de multiplicidad. Simultaneidad. Eso es la televisión. Multiplicidad y simultaneidad. “Nuestros lentos cuerpos y nuestros ojos mediocres ya no nos fastidian”, apunta: “nos volvemos más modestos, menos egocéntricos”. La televisión es una nueva victoria sobre el tiempo y el espacio. Algo capaz de hacernos saltar sobre el continuo espacio-tiempo. Capaz, por otra parte, de dopar la inteligencia entre otros rasgos asociales. El famoso Pronóstico Arnheim. LA TV SEGÚN EL CINE Esta idea de la televisión en Arnheim, su simultaneidad y multiplicidad, es representativa de las audiencias de los años veinte y treinta. La nueva victoria. Aunque la mirada ya está puesta en el ingenio de una pantalla electrónica, todavía falta la formulación del satélite artificial orbitando un planeta primario. No obstante, se intuye un alcance global, planetario, de la TV por la virtualidad de un capricho tecnológico pre-satelital. El cine abunda en esa intuición. Curiosamente, no lo hace dentro de ningún género fantástico. En el régimen del cine clásico la idea aparece representada por un melodrama francés y en un musical norteamericano. Hay una eventualidad, con algún capricho tecnológico, aquella televisión, según el cine, se preanuncia -sin comentarios- como algo necesariamente satelital. En «La inhumana» (1923), filmada con guión y dirección de Marcel L’Herbier, se presenta la primera idea de la televisión en el cine mudo francés. No es precisamente una narración de fantasía científica sino una atribulada historia de amor entre la cantante Claire Lescot (Georgette Leblanc) y Djorah de Mopur (Philippe Hériat). Un film lujoso por cierto. La escenografía está a cargo de Pierre Chareau, Claude Autant-Lara y Alberto Cavalcanti, respectivamente autores de los muebles, el jardín y la decoración. Fernand Leger diseña los decorados del laboratorio y Robert Mallet-Stevens la arquitectura de La inhumana. Darius Milhaud compone la música. Según L’Herbier la televisión es algo activo que convierte al público en pasivo. En su laboratorio, el científico Einar Norsen (Jaque Catelain) construye un ingenio electrónico tal que permite ver al público de diversas partes del mundo, virtualizado, mientras canta la Lescot. No es la audiencia viendo a la intérprete por televisión sino la televisión mostrando, sorprendiendo a su público en distintas situaciones, mientras oye su canto. Filmada en Hollywood entre 1934 y 1935 como secuela de «Ondas Musicales» (The Big Broadcast,1932) de Frank Tuttle, sobre el tema de la radio y sus estrellas, Paramount Pictures, Inc. impulsa una megaproducción fusionando la comedia musical y la Sci–Fi titulada «Cazadores de Estrellas» o «Lluvia de Estrellas» (The Big Broadcast of 1936). Dirigida por Norman Taurog encara de lleno la idea de la televisión tal que la acción se desarrolle a partir de ésta. Protagonizada por la pareja cómica George Burns y Gracie Allen secundados por Jack Oakie, en esta película la televisión aparece como un ingenio tecnológico que permite ver y oír cuadros musicales de todas partes del mundo. De ese modo aparecen figuras como los cantantes norteamericanos Ethel Merman y Bing Crosby, el bailarín de color Bill Robinson, el tenor austríaco Richard Tauber y Los Niños Cantores de Viena, la orquesta inglesa de Ray Noble, la parejita Virginia Weidler y David Holt, el piano de Ruth Sielczlinski, la orquesta de señoritas de Ina Rae Hutton y Carlos Gardel en una escena gauchesca. El repertorio va de ritmos populares a piezas de concierto. Unas temporadas detrás el tema de «The Big Broadcast of 1936» se volvió a filmar como «Television Spy» (1939) dirigida por Edward Dmytryk con William Collier Sr., Judith Barret y William Henry. La dirección de fotografía estuvo a cargo de Harry Fischbeck, uno de los grandes de Paramount. El guión original de Walter DeLeon, Francis Martín y Ralph Spence fue reelaborado por Lillie Hayward, William R. Lipman y Horace McCoy fusionando drama y Sci-Fi. La música la hicieron Frederick Hollander, John Leipold y Victor Young. A decir verdad «The Big Broadcast of 1936» y «Television Spy» estaban basadas en «Television», una comedia teatral de Howard Irving Young. Adaptada por Michel Duran y Dino Falconi como «International», hablada en italiano, fue filmada por Charles de Rochefort como «Televisione» (1931) con Anna Maria Docena y Nino Eller fotografiados por Fernando Risi. «Cine gardeliano. Las películas de Alfredo Le Pera» (EAF/Liber, 2003). NOTA BENE. «La inhumana» se restauró con sus colores originales por CNC Archives du Film (1986) con música de Jean Christophe Desnoux. «Cazadores de estrellas» o «Lluvia de estrellas» fue reeditada por Luis Feldman para Beverly Hills (1996). LA CORRESPONDENCIA HABLADA El Interlocutor Visible El principio fundamental del gramófono ha dado margen a la idea del “fonograma” y del “telefotófono”. El fonograma es una partícula de substancia parecida a la de los discos del gramófono, liviana como una cartulina y más o menos del tamaño de una tarjeta postal. Tendrá entre otras ventajas, la de anular la ignorancia de los analfabetos y la de disimular las faltas de ortografía: es una “postal hablada” que se enviará por correo lo mismo que las vulgares cartas actuales.El “telefotófono” reproducirá en discos y espejos la imagen de la persona con quien se estará hablando, a cualquier distancia que se encuentre... (¿habrá una tarifa especial y recargada para novios?...). Un dispositivo especial, ayudador de la vista y... de la imaginación, dejará al que hable (y al otro también) la ilusión de estrecharse la mano al iniciar y terminar la conversación.¿Qué será del simpático gremio de los fotógrafos cuando se generalice el uso de la “transmisión de dibujos y retratos a través del espacio”? Max Larcher, «1950. Dentro de Veinticinco Años». Fantasio # 42, Buenos Aires, julio 13/25. EAF/2003.- www.geocities.com/eaf_underground www.geocities.com/eaf_iniciacion ------------ Internet GRATIS es Yahoo! Conexión 4004-1010 desde Buenos Aires. 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